La Masa al Sur es la organización de base de donde provenimos aquellos que formamos parte de este equipo, y sometemos a la discusión el siguiente documento:
Soberanía Alimentaria y Modelo agroindustrial
en Argentina
Una propuesta desde la Masa al Sur
INTRODUCCIÓN
Desde la
mesa de trabajo de la Masa al Sur elaboramos una propuesta que tiene como eje
una concepción de la alimentación como fuente de nutrición, producto y
resultado de relaciones sociales, frente a la idea de mercancía que produjo, de
un derecho, un negocio para pocos.
A su
vez, pretendemos debatir con el modelo productivo actual, esperando construir
un proyecto que se centre en los pequeños y medianos productores, que tienda a
la diversificación productiva y priorice la producción para el mercado interno
en articulación con la exportación, garantizando el acceso a los alimentos.
SOBERANIA
ALIMENTARIA COMO MODELO PRODUCTIVO
La
situación alimentaria requiere de un estudio y un trabajo profundo en la
búsqueda de una solución para el problema del hambre y la malnutrición en
nuestro país. En tal sentido, el acceso, la disponibilidad y la calidad de los
alimentos constituyen un derecho humano básico, indispensable para la
realización de otros derechos.
Entendemos
a la soberanía alimentaria como la capacidad de los pueblos y sus Estados de
decidir su modelo de producción, comercialización y consumo de alimentos, que
tenga en cuenta la biodiversidad, sustentabilidad y el trabajo digno,
respetando los patrones culturales. Sostenemos que es necesario construir un
proyecto a largo plazo que garantice la soberanía alimentaria como modelo
productivo y participativo de desarrollo.
Actualmente
nos interesa debatir con el modelo productivo sojero, que representa el pilar
fundamental del modelo de agricultura predominante en nuestro país. Poco a poco
la producción agropecuaria ha dejado de estar orientada a satisfacer el mercado
interno. Mientras la soja avanza en gran parte del territorio, las cabezas de
ganado disminuyen y los cultivos propios de las economías regionales van
perdiendo hectáreas de producción. Esto repercute no sólo en la mala calidad de
lo que comemos, sino también en el precio de los alimentos, por la disminución
de su oferta y el aumento del costo de oportunidad de su producción.
Algunas
de las consecuencias más nocivas de este modelo son: la extinción de los
circuitos económicos locales y regionales, la contaminación y degradación de
aguas y suelos por uso de agrotóxicos, el riesgo para la salud de los
trabajadores rurales a partir del uso de pesticidas, el desplazamiento de
comunidades indígenas y campesinos de las tierras que poseen.
Desde la
Masa al Sur proponemos discutir los siguientes ejes:
1.
PRODUCCION
La
producción alimentaria no puede quedar librada a las fluctuaciones del mercado
internacional. Debe establecerse
entonces que la producción de alimentos no se realice a expensas de la
provisión del mercado interno.
1.1.
FACTORES DE PRODUCCIÓN
Agua y tierra
Nuestra
propuesta contempla el uso social y sustentable de la tierra y el agua
garantizando el acceso a estos recursos para consumo y subsistencia de la
población, privilegiando las micro, pequeñas y medianas producciones locales
que generen empleo y produzcan alimentos para el mercado local. Creemos
fundamental incentivar la gestión participativa de los recursos, centrándose en
la diversidad y disponibilidad de la producción.
Siguiendo
con este criterio, la preservación del agua debe restringir proyectos de alto
impacto ambiental -como la minería a cielo abierto y el uso de agrotóxicos-,
así como la necesidad de favorecer el diseño de un marco normativo que impida
la privatización de los recursos hídricos.
Concebimos
prioritario la desconcentración de la propiedad de la tierra y la
regularización de la tenencia precaria de campesinxs, pueblos originarios,
pequeñxs productorxs y colonxs, que hagan un uso productivo de la tierra y/o
que habiten en ella.
Asimismo,
creemos que un proceso hacia un nuevo modelo productivo que priorice la
sustentabilidad de la tierra y el agua debe contemplar la implementación de
estrategias para la remediación de suelos que permita a mediano-largo plazo la
recuperación de la biodiversidad en
aquellas
zonas dañadas por el modelo de explotación vigente.
Trabajo
Creemos
que los trabajadores y sus sindicatos desempeñan una importante función en la
reducción de la pobreza y en el desarrollo rural y agrícola. Sin embargo, hoy
es apreciable la ausencia casi total de políticas públicas destinadas a la
regularización del trabajo en negro, la salubridad laboral, la capacitación y
el fortalecimiento de los trabajadores. La etapa actual se conjuga con
trabajadores agrícolas pobres, sin acceso a los alimentos, con alto grado de
precarización laboral, que muchas veces se ven forzados a desplazarse hacia las
ciudades en busca de empleo.
Infraestructura y crédito
Ninguna
política de apoyo a la pequeña y mediana producción agropecuaria puede ser
efectiva sin inversión en infraestructura básica. En este sentido, es necesario
que el Estado asegure la provisión de energía eléctrica, caminos, subsidios a
los transportes en la cadena productiva, recuperación del transporte
ferroviario, centros de acopio y conservación, etc.
Las
políticas de inversión en infraestructura, deberán estar explícitamente
orientadas al mercado local, ya que si estuvieran centradas con exclusividad en
optimizar el corredor agroexportador, sólo profundizarían el actual modelo y la
inequidad que genera en el acceso a los factores de producción.
Otros de
los elementos clave en el desarrollo de políticas de fortalecimiento de la
actividad agropecuaria de los pequeños y medianos productores, consistirá en
una política crediticia especialmente orientada a estos sectores. Dichas
acciones deberán formar parte de una política integral, sostenible en el
tiempo, que contemple también el fomento a la asociatividad y el desarrollo de
programas de capacitación destinados a mejorar la organización, las tecnologías
aplicadas y las estrategias de producción de pequeños y medianos productores.
Por otra parte, el
actual modelo, que exige enormes y permanentes esfuerzos de
capitalización, ha excluido a campesinos y agricultores familiares de la
posibilidad de constituir unidades productivas que se integren con otras para
abastecer el mercado local de alimentos. Al respecto, el Estado deberá
incluirlos como destinatarios de crédito y capacitación en organización y
tecnología, facilitando que puedan convertirse en actores activos de un nuevo
modelo de desarrollo económico, cuyo motor sea la solidaridad y la
reciprocidad.
2.
COMERCIALIZACION
Una
política agroalimentaria y agroindustrial soberana debe basarse en la
nacionalización del comercio exterior de granos y carnes y la existencia de
organismos de regulación. Al mismo tiempo dentro del mercado interno, buscamos
construir entre todxs una relación más
justa entre trabajo, producción, comercialización y consumo.
Creemos
que es importante que se implementen y fortalezcan políticas de abastecimiento
alimentarias con el objetivo de acercar pequeños y medianos productores con los
consumidores a través de experiencias como ferias francas, mercados locales,
circuitos pesqueros, venta directa, etc.
En este
debate la acción estatal resulta decisiva para garantizar la práctica efectiva
de este tipo de instrumentos. Será necesario para ello, desarrollar Este tipo
de estrategia en la comercialización agroalimentaria exige eliminar el peso
monopólico que tienen las grandes cadenas de hiper y super mercados en la
fijación de precios y la oferta de alimentos. El consumo local es otro aspecto
sensible que debe apuntalar una política que logre desmercantilizar el
alimento. Es necesario priorizar el consumo de productos alimentarios locales a
fin de satisfacer la demanda interna, y fomentar la producción y
comercialización de alimentos producidos por las propias regiones para su
consumo local y nacional.
3.
SUSTENTABILIDAD
La
sustentabilidad se compone de distintas dimensiones que interactúan
conjuntamente. La produccion agroalimentaria debe concebirse como una actividad
continua en el tiempo, teniendo en cuenta las condiciones de vida dignas de los
habitantes de áreas rurales y urbanas, utilizando los recursos de forma tal que
permitan mantener intactas sus propiedades y su renovación para las
generaciones futuras.
Un
aspecto sensible es la inocuidad de los alimentos. Esto es, garantizar que los
insumos, métodos y tecnologías aplicados en cada una de las fases de producción
no afecten la salud de los trabajadores, ni tengan impacto ambiental sobre los
suelos, ni en la sanidad de los alimentos.
En
relación con lo anterior, consideramos absolutamente necesaria la creación de
una legislación nacional referente a bioseguridad que reglamente y controle el
uso de OGM y agrotóxicos en la producción de alimentos y en la cría de animales
para consumo local, como así el respeto a técnicas tradicionales de cría y
pastoreo que no afecten la calidad nutricional de las carnes y su inocuidad.
Por esta
razón, consideramos importante combatir la alta dependencia tecnológica de las
grandes corporaciones multinacionales que impide a los productores un
desarrollo autónomo.
4.
PARTICIPACION POPULAR Y ROL DEL ESTADO
La
cuestión agroalimentaria es una dimensión compleja que involucra no sólo a los
actores estrictamente agropecuarios sino también a aquellos relativos a la
salud, la educación, la cultura, el consumo, etc.
Por otra
parte, la participación la entendemos como una construcción social en la que
los involucrados tomen las decisiones y
pueden ejecutarlas a lo largo de toda la cadena productiva. Nos referimos al
derecho soberano de los pueblos a decidir qué y cómo comer y producir.
En otro
sentido, un nuevo modelo de desarrollo, de calidad de vida, de cultura y de
consumo, demanda del Estado un soporte permanente que permita evaluar la marcha
de las distintas acciones implementadas. En este sentido, será necesario
disponer de información oportuna y de calidad acerca del estado nutricional de
la población, el tipo y cantidad de alimentos indispensables
para
abastecerla; y finalmente, del tipo y cantidad de alimentos que el país está en
condiciones de
producir
y que no requieren ser importados.
Asimismo,
será indispensable poner en discusión los conceptos e indicadores de medición
del rendimiento y la rentabilidad de las unidades productivas, con el objeto de
pensar nuevos enfoques e indicadores que consideren cuestiones tales como la
huella ecológica, la variedad en los alimentos producidos y que estén
enmarcados en el principio de sostenibilidad.
CONCLUSIONES
La
alimentación es un derecho humano básico, todos y todas deben tener acceso a
alimentos sanos, nutritivos y culturalmente apropiados, en cantidad y calidad
suficiente para llevar una vida sana y digna.
En
nuestro país la actual producción agropecuaria no está dirigida a producir
alimentos para nuestra población, sino a satisfacer las demandas de los países
centrales, de los empresarios locales y del Estado con el fin de obtener divisas.
Frente a
un modelo que prioriza el agronegocio e implica la subordinación de la
producción agropecuaria al capital internacional, acompañamos las propuestas y
prácticas basadas en la soberanía alimentaria, destinadas a consolidar un
modelo de producción sustentable para el mercado interno.
El mundo
actual atraviesa una crisis civilizatoria que se ancla en el modelo de
acumulación y desarrollo vigente. La extracción de los recursos naturales, la
contaminación ambiental, la experimentación genética en alimentos, en conjunto
con un sistema de explotación humana basado en la exclusión y el hambre,
generan un modo de vida incompatible con la dignidad humana y el buen vivir. En
este sentido, la estrategia pasa a ser de raigambre mundial, teniendo como base
la unidad regional como motor de cambio.
La soberanía alimentaria supone un modelo que representa la
posibilidad de pensar un país que pueda crecer no sólo desde el punto de vista
económico, sino también desde el bienestar y la equidad.
La Masa al Sur
Mesa de Soberanía Alimentaria
http://lamazalsur.blogspot.com/
Integrantes de la Mesa:
Estefania Bari - Laura Beratti - Natalia Borghini - Pablo Goldring - Analía
Rodiño - Sol Triano